La Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) clasifica los fármacos para el TDAH en la misma categoría de drogas altamente adictivas como la cocaína, los opioides y la morfina. La DEA afirma que su uso puede conducir a una "dependencia psicológica o física grave" y que "estas drogas también se consideran peligrosas". Se ha comprobado que los fármacos para el TDAH causan adicción, depresión, insomnio, drogodependencia, manía, problemas cardíacos, derrames cerebrales y muerte súbita.
Existen 61 advertencias de nueve países (Australia, Canadá, Dinamarca, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Singapur, Reino Unido y Estados Unidos) advirtiendo que los fármacos para el TDAH causan efectos secundarios dañinos. Estas incluyen lo siguiente (tenga en cuenta que algunas advertencias citan más de un efecto secundario, por lo que la lista a continuación puede no ser igual al número total de advertencias):
Existen 40 estudios de 16 países (Australia, Bélgica, Canadá, China, Colombia, Dinamarca, Alemania, Hungría, Irlanda, Italia, Países Bajos, Escocia, Corea del Sur, España, Reino Unido y Estados Unidos) que demuestran que los fármacos para el TDAH causan efectos secundarios dañinos. Estos incluyen lo siguiente (tenga en cuenta que algunos estudios citan más de un efecto secundario, por lo que la lista a continuación puede no ser igual al número total de estudios):
Entre el 2004 al 2012, han habido 17,021 reacciones adversas en conexión con los fármacos / estimulantes para el TDAH reportados al Sistema de Informe de Eventos Adversos (MedWatch) de la FDA.
La FDA estima que se reportan menos del 1% de todos los casos graves, por lo que la cantidad real de efectos secundarios que ocurren es ciertamente mayor.
Fuente: Physicians Desk Reference , Institutos Nacionales de Salud Medline Plus , y / o la etiqueta del medicamento.